lunes, 17 de diciembre de 2012

Esos labios que me hacen sudar.


Se que hace tiempo que no escribo nada por estos lugares. Lo tengo muy abandonado, pero es que no se me ocurre nada desde hace tanto tiempo. Que hoy de repente he dicho, vamos a ver si sale algo, y seguro que sí y sino pues a borrarlo y a volver a poner en marcha la cabeza. Esta vez no es ni premeditado ni nada, es solo que me ha pasado hoy, desde el momento en que me levanté hasta ahora mismo. Pienso solo en una cosa, es como una pequeña obsesión. Y me sube un calor por todo el cuerpo que madre mía, por eso os cuento lo que pasa.

Hoy desperté con la ilusión como un día cualquiera, pero no fue así. Se fue  perdiendo poco a poco porque sabía que no iba a suceder ese reencuentro que tenemos pendiente. Pero solo podía pensar en mi cabeza en tus labios. Esos labios que no puedo describir con palabras porque no tendría ni tiempo ni espacio suficiente para describirlos. Son tan bellos, tan bonitos y tan ligeros, que solo con el roce de ellos me hace temblar todo el cuerpo. Que ganas tengo de verlos cerca de mí para que no se vayan de mi lado. Poder saborearlos, acariciarlos, mirarlos y sobre todo palparlos con los míos. Que sensación tan buena es esa cuando están junto a mi boca. No puedo decidir cuales son mejores o cuales no, pero tengo claro que esos son los que me gustan a mí. No se me han ido de la cabeza en todo el día. Que sensación tan agradable es tenerlos en mi mente y pensar que siempre que quiera los pueda tener. Los deseo. Los anhelo. Los quiero solo para mí. Para poder besarlos cariñosamente y no separarme de ellos nunca más. Los necesito tanto que no podría estar más tiempo sin ellos.

Solo se me pasa una vez más que veo como rozan mi cuerpo y sin dejar ni un palmo sin besar. Y rápidamente tengo que ir hacia ellos. Sensaciones que quiero volver a sentir. Sensaciones que no quiero que se vayan. No quiero que se alejen. No voy a poner ningún obstáculo para no poder estar con ellos. Solo volver a sentirlos ya sería un hombre feliz. Tengo obsesión. No puedo dejarlos escapar otra vez. Parece que ahora mismo están aquí, a mi lado, cerca de mis labios. Sintiendo su textura. Su dulzor. Su aliento. Su lengua que es suave pero a la vez tersa para darme eso que tanto deseo.
Madre mía los quiero ya.

Por eso, hoy los he buscado por todas las partes. Por mi casa. Por la calle. En mi mente. En mis recuerdos. En todos los sitios y no los he encontrado. He preguntado a la gente. Al cielo. A las nubes. A las pocas estrellas que he visto en el firmamento. A mis ángeles celestiales. Y hasta a una persona que adoro y quiero para ver si los vio. Pero, ha sido dejar la mente en blanco y vino un recuerdo inminente que apareció como si estuviera aquí el hada de Cenicienta y me los trajo a mi memoria. Y no los he podido soltar. Los quiero tan cerca que no se si hoy podré dormir para que no se vuelvan a ir. Los quiero una vez más a mi lado, como antes, como si nada hubiera pasado. Los ansío.

Nunca es tarde si la dicha es buena. Pero quiero y deseo que todo lo que acabo de escribir se haga realidad más pronto que tarde. Ya que como no tenga esos labios junto a los míos será que no los volveré a probar. Pero ya digo yo que no va a suceder eso, porque esos labios no los voy a olvidar. Y si no hay ningún impedimento lo voy a saborear.

Javier Tiene Sueño

17/12/2012

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