lunes, 24 de diciembre de 2012

Feliz Navidad


Y llegó una Navidad más, que se le va a hacer. Ha pasado un año entero madre del amor hermoso lo que ha pasado durante todo este tiempo, ahora no lo comentaré pero más adelante lo haré lo tengo claro. Ahora lo importante es hablar un poco sobre este día o mejor dijo, estos días. Que a mi personalmente no me gustan, pero yo respeto a todo el mundo, que para eso hay que ser respetuoso con todo el mundo y no dejar de lado porque a uno no le gusta (ironía ante todo).

Recuerdo cuando era pequeño (de edad porque sigo siendo como un niño aunque no lo parezca), que me encantaban. Las deseaba como el que más. Con ilusión, entusiasmo y sobre todo con alegría. Y eso sí con una sonrisa en la cara y deseando a todo el mundo una Feliz Navidad, pero sin falsedad (ahora eso no lo hago, solo lo digo si sale del corazón y no para quedar bien porque no soy así nada más). Porque ahora mismo pues noto, percepción mía nada más (espero que no lo toméis a mal) se dice por quedar bien y para decir mira yo te felicito y tu a mí no, pues no lo siento yo lo digo si sale sino pues nada no me felicites tu.

Otra cosa que recuerdo cuando era pequeño, madre mía, cuando pedíamos el aguinaldo mis vecinos y yo, por todo el bloque, armando la de San Quintín y haciendo perrerías al portero (el Sr. Ángel) que le dejábamos la entrada de su casa hecho unos zorros. Y tirando bombas fétidas, botes de espuma por doquier y gritando todo lo que podíamos. Y luego acabamos en mi casa, contando el dinero y viendo la tele y hablando entre nosotros (eso si que eran buenos recuerdos) y todos juntos, tanto mayores como los pequeños (así ha pasado, desde hace ya mucho tiempo nos vamos todos justos los vecinos) y sin diferenciar a nadie.

Y antes de que se me olvide, las fiestas que hacíamos en el cole. Que llevábamos de todo para comer, nos poníamos como unos ceporros de guarrerías y que nos juntábamos las dos clases (que yo tuve la suerte de estar en las dos) y a montarla bien como siempre. Y nos despedíamos de todos los compañeros como sino los volviéramos a ver y luego quedabas con ellos (que bellos recuerdos era esos de verdad). Luego va cambiando, cuando ya vas al instituto que celebrabas las que te habían quedado, haciendo botellón en el parque, poniéndote to ciego y luego te ibas a los polígonos a seguir de marcha y que por tantos suspensos te daban minis de cerveza o calimocho. Así pasaba que unos colocones de flipar, y sino que se lo digan a más de uno de mis amigos que vaya tela.

Luego ya te vas a haciendo un poco más mayor (es mi caso nada más) y esa ilusión se me ha perdido. ¿Será que el Peter Pan que tenía dentro se me ha ido? Pues lo más seguro que sí, pero yo tengo otra ilusión en estos momentos no por la Navidad. Es desde hace ya mucho tiempo. Ha sido todo un proceso que ha ido favoreciendo esa pérdida por la Navidad, pero eso sí no ha sido toda, no penséis más, ha sido poco a poco, porque tengo un poco. Es lo que tiene hacerse mayor y dejar atrás algunas cosas que antes si que te hacían mucha más ilusión.

Sobre todo, en estas fechas te acuerdas de mucha gente que ya no está a tu lado. Tanto porque nos han dejado físicamente o porque están a una distancia de ti que es imposible ver. Pero yo se que, desde el cielo, están esos ángeles celestiales que cada día pienso en ellos y se que desde la última estrella que hay en el firmamento me están mirando y me cuidan como si estuvieran a mi lado. Solo puedo decir que mas quisiera yo hablar con cada uno de ellos, hasta con los que no he conocido pero que me han hablado de ellos, y decirles tantas cosas que no tendría ni el tiempo suficiente para todo. Pero desde aquí ya os puedo decir, os echo mucho de menos y espero que nos veamos allí donde estéis.

Si digo la verdad, tenía muchas cosas por la cabeza para poner por aquí pero ha sido empezar y todo lo tenía se ha ido. Es lo que tiene, cuando tienes cosas en la cabeza y hacer más cosas mientras estas haciendo esto. Pero esto es lo que hay. Espero que paséis una buena noche, en compañía de toda vuestra gente y FELIZ NAVIDAD.

Javier Tiene Sueño

24/12/2012

lunes, 17 de diciembre de 2012

Esos labios que me hacen sudar.


Se que hace tiempo que no escribo nada por estos lugares. Lo tengo muy abandonado, pero es que no se me ocurre nada desde hace tanto tiempo. Que hoy de repente he dicho, vamos a ver si sale algo, y seguro que sí y sino pues a borrarlo y a volver a poner en marcha la cabeza. Esta vez no es ni premeditado ni nada, es solo que me ha pasado hoy, desde el momento en que me levanté hasta ahora mismo. Pienso solo en una cosa, es como una pequeña obsesión. Y me sube un calor por todo el cuerpo que madre mía, por eso os cuento lo que pasa.

Hoy desperté con la ilusión como un día cualquiera, pero no fue así. Se fue  perdiendo poco a poco porque sabía que no iba a suceder ese reencuentro que tenemos pendiente. Pero solo podía pensar en mi cabeza en tus labios. Esos labios que no puedo describir con palabras porque no tendría ni tiempo ni espacio suficiente para describirlos. Son tan bellos, tan bonitos y tan ligeros, que solo con el roce de ellos me hace temblar todo el cuerpo. Que ganas tengo de verlos cerca de mí para que no se vayan de mi lado. Poder saborearlos, acariciarlos, mirarlos y sobre todo palparlos con los míos. Que sensación tan buena es esa cuando están junto a mi boca. No puedo decidir cuales son mejores o cuales no, pero tengo claro que esos son los que me gustan a mí. No se me han ido de la cabeza en todo el día. Que sensación tan agradable es tenerlos en mi mente y pensar que siempre que quiera los pueda tener. Los deseo. Los anhelo. Los quiero solo para mí. Para poder besarlos cariñosamente y no separarme de ellos nunca más. Los necesito tanto que no podría estar más tiempo sin ellos.

Solo se me pasa una vez más que veo como rozan mi cuerpo y sin dejar ni un palmo sin besar. Y rápidamente tengo que ir hacia ellos. Sensaciones que quiero volver a sentir. Sensaciones que no quiero que se vayan. No quiero que se alejen. No voy a poner ningún obstáculo para no poder estar con ellos. Solo volver a sentirlos ya sería un hombre feliz. Tengo obsesión. No puedo dejarlos escapar otra vez. Parece que ahora mismo están aquí, a mi lado, cerca de mis labios. Sintiendo su textura. Su dulzor. Su aliento. Su lengua que es suave pero a la vez tersa para darme eso que tanto deseo.
Madre mía los quiero ya.

Por eso, hoy los he buscado por todas las partes. Por mi casa. Por la calle. En mi mente. En mis recuerdos. En todos los sitios y no los he encontrado. He preguntado a la gente. Al cielo. A las nubes. A las pocas estrellas que he visto en el firmamento. A mis ángeles celestiales. Y hasta a una persona que adoro y quiero para ver si los vio. Pero, ha sido dejar la mente en blanco y vino un recuerdo inminente que apareció como si estuviera aquí el hada de Cenicienta y me los trajo a mi memoria. Y no los he podido soltar. Los quiero tan cerca que no se si hoy podré dormir para que no se vuelvan a ir. Los quiero una vez más a mi lado, como antes, como si nada hubiera pasado. Los ansío.

Nunca es tarde si la dicha es buena. Pero quiero y deseo que todo lo que acabo de escribir se haga realidad más pronto que tarde. Ya que como no tenga esos labios junto a los míos será que no los volveré a probar. Pero ya digo yo que no va a suceder eso, porque esos labios no los voy a olvidar. Y si no hay ningún impedimento lo voy a saborear.

Javier Tiene Sueño

17/12/2012