lunes, 7 de abril de 2014

Los sueños, sueños son

Todos los días “Al despertar”
veo a mis sueños pasar,
a un lugar diferente
de una forma coherente.
Intento recordarlos,
no hay manera,
se me escapan,
no dejan que entre en ellos,
se volatilizan con una rapidez
que mi mente los deja correr,
como ríos de gloria
de los paisajes de Moria.
Me dejan tal sensación
que parece la más bella canción,
de un lugar encantado
en el que nunca he entrado.
Un día me encontré con uno
el más bello y oportuno,
que me dedicaba la mejor sonrisa
de una persona que no conocía,
y me enseñaba a reconocer
a ese amor que iba a perder.
Me escapé de allí,
no lo pude resistir,
corrí como un leopardo
para dejar ese espanto
para entrar en otro
mejor y más hermoso.
Pero no lo recuerdo,
solo veía un enebro
de paz y armonía
que allí me quedaría.
No quería salir de allí,
estaba como en otro sueño
pero al final elegí irme
y dejarle otro dueño.
Ya no volví a ese lugar,
extraño pero eterno,
pero si vuelvo a entrar
no lo dejaría escapar,
ya que era una paz sanadora
que no pasaban las horas.
Quiero dormir,
que venga el dios Morfeo,
para llevarme
al mundo de los sueños
para vivirlos con empeño,
y recordarlos infinitamente
y tatuados eternamente.
Sin un día los recuerdo,
los escribiré sin remordimiento,
para que os vengáis conmigo
pero no en forma de castigo,
sino viajar todos juntos
a un mundo de ensueño.
Ahora me voy a soñar,
o al menor intentar,
para cuando me levante
poder recordar ese instante
que me sentía un mortal
dentro de mi burbuja de cristal.

Javier Tiene Sueño
07/04/2014