lunes, 11 de noviembre de 2013

Nunca

Nunca se cuantos caracteres emplearé al escribir una nueva entrada en mi blog. No lo pienso y así pasa que normalmente siempre escribo de lo mismo. No tengo nuevas ideas o no se si será buenas o mala. Pero todo lo que pongo en este pequeño diario que tengo, las escribo desde lo más hondo de mi ser y sin trampa ni cartón. Me muestro tal y como soy. Sin que nadie me diga lo que voy a hacer (que ya tengo bastante con lo que me dicen para que también esto tenga que ser lo que me impongan) porque esto es mío y solo mío y de nadie más.

Nunca encuentro las palabras adecuadas para expresar todo lo que llevo dentro de mí (y es mucho por lo grande que soy). Si son buenas, me cuentan mucho más ya que no estoy acostumbrado. Sin embargo, cuando son malas no me hace falta ni pensarlo, salen sin más, como un aguacero de ideas de mi mente.

Nunca llueve a gusto de nadie. Y menos va a ser a mí. Que como un simple mortal, veo la vida pasar y no encuentro nada ni nadie que cambie como soy. Es decir, tengo una meta en mi vida (que será larga o corta nadie lo sabe) y espero que se cumpla, más pronto que tarde. Aunque no se puede mirar al futuro, sin tener un presente para llegar a la meta que tengo prevista. No la puedo adelantar. No viene a cuento pero solo puede decir, que si sigue para delante, seréis los primeros que lo sepáis.

Nunca imaginé lo que podría pasarme por la cabeza, cuando pienso en todos los pensamientos que tengo y querría que se me cumplieran. Pero claro, soy un ser racional y como dijo Descarte “Pienso luego existo”. Doy vueltas a tantas cosas a la vez que no doy abasto. Y pasa lo que pasa después, me entra ese sentimiento de tristeza, abatimiento e irracionalidad. No encuentro esa salida para salir corriendo y solucionar todo lo que tengo en mí. Pero, me armo de valor, cojo el toro por los cuernos y digo, sigue adelante que sino te ayudas a ti mismo, nadie lo va a hacer. Ya que, últimamente me doy cuenta, que no estoy contando muchas cosas de mí. Me las guardo, no quiero preocupar a nadie y falta que hace, porque todo el mundo tiene sus problemas y comentarlas y dar pena, no soy así. Tengo el poder suficiente para armarme de valor y seguir para delante y que pasen cuanto antes (ahora mismo estoy bien, pero son sentimientos que he tenido en estos meses de ausencia).

Nunca podré dar las gracias a mis ángeles que me cuidan desde donde están. Me acompañan como cada día y les hablo siempre que puedo y que mi cabeza me permite. Puedo decir, que últimamente han estado más cerca de mí que en anteriores veces. Me han guiado, escuchado y comprendido como nadie lo han hecho, desde la soledad de mi habitación. Y les voy a seguir necesitando ya que nunca se sabe lo que puede pasar, pero ellos siempre me darán esa respuesta (aunque se que no me contestan ni están en cuerpo presente, pero están ahí y se que desde la más lejana de las estrellas donde se esconden me cuidan y protegen) que necesito.

Nunca diré de esta agua no beberé, porque se que lo voy a hacer. Se me pasa por la cabeza que no tengo que decir esto. Y lo hago, no falla lo suelto tal y como lo pienso. Pero es que es mi defecto, o como me han comentado, es una virtud. Porque sino digo lo que pienso luego a la larga me viene lo que me pasa bastantes veces, que exploto. Y pago con quien no tiene que ser todo lo que tengo guardado. Y no puede ser. Siempre intento decir a la gente lo que pienso, aunque no siente bien, soy así y no voy a cambiar. Me equivocaré y tendré que comerme mis palabras, pero no se quedará en mi mente para no dar vueltas a un mismo tema. Se suelta y tienes la sensación de estar a gusto contigo mismo y libre sin que tu mente te esté “No lo digas, no lo digas, no lo digas”. Nunca llueve al gusto de nadie. Y a mi me pasa con esto. Soy un bocazas, lo reconozco, no me callo, así pasa, remordimientos de conciencia.

Nunca tendré el valor de dar las gracias a esas personas que me han ayudado tanto desde que tengo conocimiento. Desde pequeño han estado ahí, a las duras y a las maduras. Dándome esos consejos, que yo siempre he recibido con agrado en algunos casos y con desagrado en otro. Pero lo dicen por mi bien para que no me de ese cabezazo que me he dado en tantas ocasiones. Pienso que tarde o temprano, me tendré que armar de valor y darles las gracias por esta ahí en cada momento (y más desde hace tanto tiempo por la situación en la que me encuentro), por escucharme y ayudarme. Yo no soy de dejarme entrar en mi ser, pero tendré que aprender para agradecérselo de alguna forma y lo sabréis también.

Gracias mis seguidores por leerme y por estar ahí siempre, espero que una vez más encontréis en este pequeño relato una parte que no sabéis sobre mí. Aunque creo que soy muy transparente y me dejo ver, pero nunca se sabe como acertar y a quien contar todo lo que te ocurre. Pasar un buen día y hasta la próxima cibernautas.

Javier Tiene Sueño

11/11/2013